
Aprendiendo a jugar.
Cuando en una reunión se sientan en una mesa varios padres y madres -sobre todo primerizos-, es extraño que no terminen hablando de su preocupación por si los juegos de sus hijos son los adecuados o no.
“Solo quiere ver la tele” , “Juega siempre a las peleas“, “No quiero que sus juguetes le condicionen en cuestiones de género” y un largo etcétera son solo algunos ejemplos de lo que preocupa a los padres que, por cuestiones de trabajo, no tienen el suficiente tiempo como para estar pendientes del día a día. En muchos casos estas cuestiones de diario, que en realidad conforman la personalidad futura del crío, se delegan a los abuelos o a terceras personas. No es que esto sea negativo, pero sí es motivo de preocupación para los padres saber a qué juegan sus hijos y cómo afecta el juego a su personalidad.
Recordemos que el juego es un momento de relajación donde el niño se aleja de la realidad y es capaz de crear una paralela donde todo es posible. En ese momento los más pequeños utilizan todo su poder creativo y estos dos puntos -la relajación y la creatividad- son los más interesantes.
Pero, ¿debemos dejar que nuestros hijos jueguen a lo que quieran?
Estaremos todos de acuerdo con que los niños deben aprender a jugar solos, a gestionar su relación con los otros y las normas de los juegos si juegan acompañados, a gestionar conflictos, a estar aburridos y a intentar divertirse. Es negativo que los padres actúen ‘entrometiéndose’ en los juegos de sus hijos pues impiden que desarrollen sus habilidades sociales, su espontaneidad o su capacidad imaginativa.
En el blog Mamá Psicóloga Infantil, nos dan un listado de pros que tiene jugar.
- Mediante el juego el niño se desarrolla física, psíquica, afectiva y socialmente.
- Mediante el juego el niño aprende a conocerse mejor a sí mismo y al mundo que le rodea.
- Es mediante el juego que el niño se socializa y se integra en el grupo poniendo en práctica sus habilidades sociales.
- Jugando “a ser” o “disfrazándose de”, es decir, mediante el juego simbólico nuestro hijos cultivan su imaginación y creatividad, su capacidad empática se ve beneficiada y desarrollan sus habilidades lingüísticas.
- El juego fomenta la autoestima y el autocontrol, el aprendizaje de las normas sociales, el trabajo en equipo y la cooperación.
- El juego proporciona confianza en uno mismo.
- Estimula la curiosidad, motor de cualquier aprendizaje.
- El juego les facilita la expresión de sentimientos. Al jugar los niños exteriorizan sus miedos, sus angustias y preocupaciones. El juego les permite elaborar sus sentimientos. Mediante el juego simbólico, cuando juegan con sus muñecos, animales, monstruos, … ponen en marcha sus emociones ensayando una y otra vez nuevos finales para sus historias, situaciones difíciles poniéndose en el lugar de otro.
Pero, ¿qué ocurre cuándo tus hijos solo quieren ver la televisión, jugar a la videoconsola o que le dejes usar tu smartphone y buscar vídeos en Youtube?
Una frase muy recurrente es que los niños son como esponjas porque lo absorben todo, y es verdad. El tiempo que pasemos con los pequeños debe ser un tiempo de calidad en que podamos olvidarnos del teléfono, redes sociales o la televisión y centrarnos en formar parte del juego de los críos.
Sin llegar a entrometernos, deberíamos ejercer un condicionamiento positivo sobre la selección de juguetes para los pequeños. ¿Qué es un condicionamiento positivo? Se trata de animar a nuestros hijos a probar otro tipo de juegos, a salir a la calle, llevarlos a pasear al campo, a la playa, animarlos a que emprendan hazañas interesantes, a que lean, a que inventen, a que construyan…
Existen cada vez mas expertos, jugueterías y centros lúdicos que exploran este campo, el de la educación mediante el juego. Con educación nos referimos a ciencia, letras, matemáticas, artes, pero también a valores y aprendizajes relacionados con el mundo interior del niño.
¿Cómo son esos juguetes que, además de divertir enseñan? En Garabato estamos comprometidos con la idea del aprendizaje lúdico. No significa esto que nuestros hijos deban crecer de forma analógica, separado de las tecnologías y la televisión. Hay factores muy positivos y es una buena idea que nuestros hijos aprendan asumiendo la sociedad en la que viven para desenvolverse en un futuro.
Pero no debemos dejar que esto merme su creatividad, su capacidad de inventar, de crear, de construir.
¿Quieres saber más y ver algunos ejemplos de juguetes lúdico-educativos?
Te dejamos un enlace a nuestro catálogo donde los niños podrán gestionar su creatividad, comprensión, motricidad, memoria, etc.